martes, 3 de mayo de 2011

Jn 3, 16-21. Miercoles 4 de mayo

EVANGELIO:

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que creee en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.

Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras.

Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

Quizá el gran pecado de nuestra vida cristiana sea un pecado de omisión. Hemos sido llamados para ser luz del mundo y no hacemos casi nada, o en algunas ocasiones, nada, NADA DEL TODO…
- No somos luz cuando no nos comprometemos con Dios y con los hombres, cuando no respondemos al reto que supone un compromiso diario de vida cristiana.
- No somos luz cuando somos incapaces de ayudar a la persona que Dios nos pone delante.
- No somos luz cuando nos dejamos vencer por la realidad, cuando endurecemos nuestra alma y somos incapaces de tener un gesto de ternura y de cariño con la gente que nos quiere.
- Somos luz cuando amamos lo que tenemos que hacer.
- Somos luz cuando tenemos algún gran ideal y para conseguirlo importan bien poco los fracasos y las dificultades.
- Somos luz cuando creemos descaradamente en el prójimo y preferimos ser engañados a pasarnos toda la vida desconfiando de todos.
- Somos luz cuando sabemos nadar contracorriente y cultivamos nuestra alma y somos capaces de consultar con Dios nuestras acciones.
- Somos luz cuando el fracaso forma parte de nuestra vida y lo asumimos como tal y somos capaces de empezar otra vez...
- Somos luz … luz de Nazareth, luz de vida auténtica…
P´alante… ni toda la oscuridad del mundo detiene a la pequeña luz de cerilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario