lunes, 16 de mayo de 2011

Martes 17 de mayo, Jn 10,22-30

EVANGELIO

Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno,
y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón.
Los judíos lo rodearon y le preguntaron: "¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente".
Jesús les respondió: "Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí,
pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas.
Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen.
Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos.
Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre.
El Padre y yo somos una sola cosa".

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

No hay peor ciego que el que no quiere ver, o peor sordo que el que no quiere oír…pero qué más queremos para darnos cuenta de la figura de Jesús es turbativa y radicalmente coherente con sus ideas. Él no engaña, ni inventa, ni comete fraudes, él tiene autoridad y el que quiera seguirle lo debe saber. Pero no nos equivoquemos la autoridad del Maestro no viene por ser hijo de Dios, ni porque le siguiera mucha gente…la autoridad tan fuerte de Jesús proviene de su coherencia entre lo que dice y lo que hace, no es un charlatán ni un demagogo, es una persona coherente, por eso tiene autoridad, y por eso los judíos tiemblan…¿Podemos decir como Je´´us que nosotros tenemos autoridad? y ¿que esta proviene de nuestra coherencia?...no lo sé…caminemos hacia ella…SI SE PUEDE, SI SE PUEDE….

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