jueves, 21 de marzo de 2013

REFLEXIÓN PASCUAL






LA PASIÓN
SILENCIO



La pasión lo dice todo, no son necesarias muchas explicaciones , ahora es más bien el tiempo de posicionarse. De preguntarse y ¿yo dónde estoy?.:
-                                  Si dejas que el miedo te amordace, te aleje, o te haga traicionar a un amigo, o te quite la fuerza  para defender tus convicciones más profundas... ¡ten cuidado! Te vas pareciendo a Pedro  (No conozco a ese hombre que decís).
-                                  Si ves que el dinero, o la frivolidad va pesando demasiado en tus decisiones, o te hace perder el sueño,  o la cabeza, o te llega a esclavizar hasta el punto de ser más fuerte que el amor a Dios y a los demás ... ¡malo! A  Judas le pasó lo mismo (“Uno de vosotros me va a entregar: uno que está comiendo  conmigo"). 
-                                  Si dejas que las compañías de turno te hagan cambiar de ideas, si dejas de ser coherente , o si estás siempre en la  comparsa del sol que más calienta; o si el domingo gritabas: “Hosanna al Hijo de David”, y  el viernes: “Crucifícalo”... eres, por desgracia, como ese pueblo que se dejó manejar  contra Jesús (Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la  libertad de Barrabás). 
-                                  Si has probado ya el sabor del poder, y te ha gustado hasta el punto de plegarte alguna  vez al soborno, o de lavarte las manos dejando que pierda el inocente sólo porque es más  débil , o de halagar al pueblo para seguir mandando... ¡piénsalo bien! No te olvides de Pilato  (Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás, y a Jesús, después de  azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran).
-                                  Si estás entre los indiferentes y los cínicos. Quizás seas de los que hacen  risa de la religión, de la Iglesia y de los que luchan por el Reino. Quizás seas de los que se ríen de todo, pero no están dispuestos a hacer nada. ¿No estamos asistiendo,  acaso, a una constante caricatura contra la fe y la moral? 
-                                  Podemos ser de los cobardes que huyen, de los que ante las dificultades se echan atrás. El evangelio, refiriéndose a los apóstoles,  dice: “Abandonándole, huyeron todos”. ¿Y nosotros? ¿No te parece que, de una Iglesia  “triunfalista” y fuera de contexto, hemos pasado, en los últimos tiempos, a un cristianismo “timorato” y  “contemporizador”, que no dice nada a nadie? 
-                                  Podríamos ser “Cireneos” y “Verónicas”. ¡Quién lo duda! Gracias a Dios, en nuestra  sociedad, se dan gestos limpios de amor y de entrega. Existen personas,  cuyas “corazonadas” salvan al mundo de muchas bajezas. Llevan grabado en su corazón  el rostro doliente del Cristo-Universal y ayudan a llevar la cruz, de muchas maneras, a  otros. Limpiando el sudor a un enfermo, o acompañando la soledad de un anciano...
-                                  No quiero pensar que estés entre los que golpean, o entre los que se burlan, o entre los  que primero deciden condenar a Jesús para después buscar pruebas en qué apoyarse  ("Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús para  condenarlo; y no lo encontraban").
-                                  Quisiera, mejor, verte de pie junto a la cruz como María, como Juan, como aquellas  mujeres valientes; solidario con el débil crucificado, con el injustamente condenado, con el  expulsado de su tierra, con el pobre...
-                                  Pero no te quedes en simple espectador. Ante un drama de esta clase no cabe ser  neutral. Toma, de una vez, partido: o con Él, o contra Él.
Desde aquella tarde de Viernes Santo, el dolor no es signo de la ausencia de Dios.  También en el dolor absurdo y en el sufrimiento cruel y destructor está Dios. En los momentos de máximo absurdo, impotencia, abandono, soledad y vacío, Dios está  ahí, al lado del hombre, solidario con el que sufre, afectado también él por el mismo  sufrimiento.

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