EVANGELIO
Jesús se retiró con sus
discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También
de Judea,de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores
de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a él. Entonces
a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña
barca, para que no le aplastaran. Pues curó a muchos, de suerte que cuantos
padecían dolencias se le echaban encima para tocarle. Y los espíritus inmundos,
al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.»Pero él
les mandaba enérgicamente que no le descubrieran.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO,
ES PURA DINAMITA:
Dios no está de rebajas. Salgamos
de las trincheras en forma de seguridad
que normalmente nos acomplejan y acobardan. Hay que dar la cara, saltar por
encima de las imposiciones, de lo complejos, de las falacias e incomprensiones
de los de siempre, de los ataques miserables de los que creen tener la verdad,
de la mediocridad de los que nos dirigen… y todo sin pedir nada a cambio.
Muchos buscaban un Jesús
milagrero, como ahora, pero nos hemos encontrado con un Jesús utópico: entregar
sin pedir nada a cambio. Y sin darse importancia. Sencillez y entrega desinteresada.
La pregunta del millón es: ¿ cuánto tiempo dedicamos al prójimo? Es el
termómetro que marca la fe, el único credo esencial, es el compromiso con el
prójimo.
El secreto de esta puta vida es
vivir desinteresadamente, y tener un ideal que sostenga nuestros pasos, una
pasión que nos llene de entusiasmo. Lo demás es atarse y enjaularse.
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