miércoles, 22 de enero de 2014

Jueves 23 de enero. Mc 3,7-12


EVANGELIO

Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar, y le siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea,de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, de los alrededores de Tiro y Sidón, una gran muchedumbre, al oír lo que hacía, acudió a él. Entonces a causa de la multitud, dijo a sus discípulos que le prepararan una pequeña barca, para que no le aplastaran. Pues curó a muchos, de suerte que cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarle. Y los espíritus inmundos, al verle, se arrojaban a sus pies y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.»Pero él les mandaba enérgicamente que no le descubrieran.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

Dios no está de rebajas. Salgamos de las trincheras en forma  de seguridad que normalmente nos acomplejan y acobardan. Hay que dar la cara, saltar por encima de las imposiciones, de lo complejos, de las falacias e incomprensiones de los de siempre, de los ataques miserables de los que creen tener la verdad, de la mediocridad de los que nos dirigen… y todo sin pedir nada a cambio.
Muchos buscaban un Jesús milagrero, como ahora, pero nos hemos encontrado con un Jesús utópico: entregar sin pedir nada a cambio. Y sin darse importancia. Sencillez y entrega desinteresada. La pregunta del millón es: ¿ cuánto tiempo dedicamos al prójimo? Es el termómetro que marca la fe, el único credo esencial, es el compromiso con el prójimo.
El secreto de esta puta vida es vivir desinteresadamente, y tener un ideal que sostenga nuestros pasos, una pasión que nos llene de entusiasmo. Lo demás es atarse y enjaularse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario