EVANGELIO
Entró de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que
tenía la mano paralizada.
Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder
acusarle.
Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en
medio.»
Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del
mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban.
Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su
corazón, dice al hombre: «Extiende la mano.» El la extendió y quedó
restablecida su mano.
En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los
herodianos contra él para ver cómo eliminarle.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Con la ley de Dios en la mano, se pueden cerrar muchas
puertas, cerramos las puertas: al divorciado, a los casados por lo civil, a las
madres solteras, homosexuales, (Sebastián dimisión) al pobre, a los que no
piensan como nosotros, a los que no rezan como yo diga, a los que no celebran
los sacramentos a mi estilo, también al maloliente, ancianos, solitarios,
Al niño mendigo, el drogadicto, el africano,
molesta, es mejor mantenerse lejos, que no nos manche la miseria, utilicemos
vayas, alambradas, muros, gritos, discursos, etc. Con el sábado por bandera se
cierran las puertas del amor… Jesús no lo hizo; con la ley de Dios en la mano,
no lo hizo, pensemos quien a nuestro alrededor
tiene la mano seca y te necesita:
- si quieres
puedes darme comprensión
- si quieres
puedes darme unos minutos de tu atareado tiempo
- si quieres
puedes quererme
- si quieres
acompáñame
- si quieres
puedes encender una luz en mi vida
- si quieres
puedes abrir puertas
- si quieres
puedes calmar mi hambre...
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