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Llegan su madre y sus hermanos, y quedándose fuera, le
envían a llamar.
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Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen:
«¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan.»
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El les responde: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?»
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Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a
su alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos.
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Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi
hermana y mi madre.»
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EL EVANGELIO NO ES UN
SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA.:
El que cumple la voluntad de Dios, ni que fuera fácil… ese
es mi hermano, mi madre y lo que haga falta.
No estamos hablando de mandamientos, preceptos y mandatos. Dios
sería demasiado pobre si lo reducimos a esto. Es misericordia, perdón
incondicional, compasión, sentir con…, es amor incondicional.
Tiende la mano a tu enemigo, lucha por la paz – pero no
soltando globos y palomas blancas- lucha por ella en el trabajo, en la familia,
en la calle. Quien lucha por la paz defiende la justicia para todos. No te
rindas en las adversidades y descubre las necesidades de los más próximos para
darles salida real. No te quedes en caprichos del destino, el objetivo es
cambiar el mundo. Y todo esto en silencio, no hagas ruido. Estos son mi madre y
mis hermanos… la fusca. P´alante.
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