lunes, 13 de enero de 2014

Marcos 1: 21 - 28. martes 14 de enero

EVANGELIO

21Llegan a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar.22Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.23Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar:24«¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.»25Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él.»26Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.27Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.»28Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Autoridad sobre los espíritus inmundos.
            Estamos llamados a luchar contra el mal. Hablar del perdón de Dios. Para luchar contra el mal hay que perdonar. La humanidad más que dividida entre justos y pecadores, está dividida entre pecadores que se reconocen como tal y pecadores que se creen justos.
            Autoridad; esta palabra que proviene del latín, significa hacer crecer a los demás, era la capacidad para madurar, hoy significa sólo control, imposición. Ahora la autoridad es sinónimo de personas poderosas.
            Jesús no gobernó a nadie. No impuso nada por la fuerza, nunca utilizó el poder, fue libre. Jamás ostentó ningún poder oficial. Les dio poder a sus discípulos para liberar del mal, no para dominar y controlar a las personas.

            Espíritus inmundos que nos atan: mediocridad, desesperanza, egoísmo, violencia... nos queda por andar…p´alante

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