EVANGELIO |
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Entró de nuevo en Cafarnaúm; al poco tiempo había corrido
la voz de que estaba en casa.
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Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había
ya sitio, y él les anunciaba la Palabra.
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Y le vienen a traer a un paralítico llevado entre cuatro.
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Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron
el techo encima de donde él estaba y, a través de la abertura que hicieron,
descolgaron la camilla donde yacía el paralítico.
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Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: «Hijo,
tus pecados te son perdonados.»
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Estaban allí sentados algunos escribas que pensaban en sus
corazones:
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«¿Por qué éste habla así? Está blasfemando. ¿Quién puede
perdonar pecados, sino Dios sólo?»
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Pero, al instante, conociendo Jesús en su espíritu lo que
ellos pensaban en su interior, les dice: «¿Por qué pensáis así en vuestros
corazones?
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¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados
te son perdonados", o decir: "Levántate, toma tu camilla y
anda?"
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Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la
tierra poder de perdonar pecados - dice al paralítico -:
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"A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu
casa."»
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Se levantó y, al instante, tomando la camilla, salió a la
vista de todos, de modo que quedaban todos asombrados y glorificaban a Dios,
diciendo: «Jamás vimos cosa parecida.»
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EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, S PURA DINAMITA:
La camilla es el pasado;
nuestro pasado. Abandona la camilla y echa a correr, perdonar ;el camino de la
lucha por la verdad y la justicia, luchar por todo lo que esclaviza al hombre.
El verdadero pecado es abandonar
al que lleva la camilla del hambre, o al sediento de justicia, no prestar la
ayuda al desnudo o al enfermo, al encarcelado o al paralítico por cualquier
causa.
Deja de arrastrar tu pasado, que es sinónimo de
arrastrar la camilla de tu vida. Quien vive en el pasado- camina por la vida
arrastrando una losa-. Dios no lleva cuenta de nuestros errores, nos invita a
mirar al futuro, a imaginar un mundo nuevo, el es la novedad de la vida cada
día…. Sin arrastrar pesadas camillas. Es una invitación a la libertad, a la
vuelta a casa, el perdón nos libera para que seamos dueños de nuestra vida,
capaces de amar, de servir al prójimo y de orientarnos hacía la verdadera
libertad: el reino del amor, el reino de Dios.P´alante
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