En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacia, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: _«Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Cuando Jesús pisó los caminos polvorientos de Galilea y se manchó sus desnudos pies, lo hizo para proclamar que el cambio de vida era posible, que se podía mirar a los ojos y decir te quiero, que no todo tenían que ser luchas y discordias. Esto lo dijo y lo vivió con sus actitudes y fue escuchado por mucha gente que le seguía emocionada e ilusionada porque en El encontraban cariño, comprensión y ternura. En uno de esos momentos, como nos dice el relato de Marcos, tenían una lancha preparada por si acaso lo estrujaban, y hoy, en nuestro mundo ¿qué pasa?, Jesús no teme ser estrujado porque 
pasamos de El, está llamando a nuestra puerta y nosotros nos hacemos los locos y no le abrimos. El llama a nuestra puerta cuando alguien de nuestro entorno nos pide ayuda, El llama a nuestra puerta cuando pasamos de largo ante el pobre y desamparado, El llama a nuestra puerta cuando vemos una injusticia y nuestro corazón no se conmueve…tantas y tantas veces, este Jesús que era seguido por una multitud se presenta en nuestra puerta y no queremos abrirle. Creer en el nazareno no es solo confesar que es Hijo de Dios, como le gritan hoy en el evangelio, sino también es confiar que su forma de actuar debe de ser la nuestra, es decir, ser radicales contra las injusticias, imparciales ante las mediocridades y derrochar humanidad, comprensión y amor desde que amanece hasta que se va el sol..y si no es asi, El seguirá llamando a nuestras puertas y nosotros seguiremos a lo nuestro…
pasamos de El, está llamando a nuestra puerta y nosotros nos hacemos los locos y no le abrimos. El llama a nuestra puerta cuando alguien de nuestro entorno nos pide ayuda, El llama a nuestra puerta cuando pasamos de largo ante el pobre y desamparado, El llama a nuestra puerta cuando vemos una injusticia y nuestro corazón no se conmueve…tantas y tantas veces, este Jesús que era seguido por una multitud se presenta en nuestra puerta y no queremos abrirle. Creer en el nazareno no es solo confesar que es Hijo de Dios, como le gritan hoy en el evangelio, sino también es confiar que su forma de actuar debe de ser la nuestra, es decir, ser radicales contra las injusticias, imparciales ante las mediocridades y derrochar humanidad, comprensión y amor desde que amanece hasta que se va el sol..y si no es asi, El seguirá llamando a nuestras puertas y nosotros seguiremos a lo nuestro…
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