martes, 27 de enero de 2009

Miércoles 28 de enero. Mc 4, 1-20

EVANGELIO

En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y el gentío se quedó en la orilla. Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: -«Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno.» Y añadió: -«El que tenga oídos para oír, que oiga.» Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas. Él les dijo: -«A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y los perdonen. "» Y añadió: -«¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

Evangelio el de hoy, amplio y denso, pero a la vez preciso y claro...me quedo con la frase que nos dirige Jesús a cada de nosotros..."el que tenga oidos para oir que oiga"...que es lo mismo que decirte: Pero, ¿es que no te enteras?...¿no te das cuenta de que las cosas no son como las hacemos?...Todos nosotros tenemos la oportunidad en este miércoles de oir y escuhar esas palabras de Jesús, que nos invitan a sembrar su Reino en este puñetero mundo que lo pide a gritos. Nos invita a que en tu puesto de trabajo siembres la semilla del respeto y de la entrega, en tu clase y con tus amigos que seas acogedor y comprensivo, en tu familia, con tu pareja, que pongas la bandera de la esperanza y del amor...en definitiva que sembremos gestos y hechos concretos que hagan realidad ese Reino que es del más acá y no del más allá.
¿Cuando ha sido la última vez que le has dicho "te quiero" a alguien que aprecias y quieres?...A tus amigos, tu pareja, tus hijos, tu madre...si lo tienes que pensar mucho malo...no dejes pasar la oportunidad y hazlo hoy, ya, no esperes más...siembra el Reino con tus actos...y lo dicho....el que tenga oidos para oir que oiga y actue en consecuencia, y el que no lo quiera oir que se encamine hacia el sepulcro pues será lo más sensato que puede hacer...Arriba la fusca y p´alante siempre pues en la lucha no se afloja...

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