jueves, 22 de enero de 2009

Viernes 23 de enero. Mc 3, 13.19

EVANGELIO:
Después subió Jesús a un cerro y llamó a quienes le pareció conveniente. Una vez reunidos, eligió a doce de ellos que le acompañasen y para enviarlos a anunciar el mensaje. Los llamó apóstoles y les dio autoridad para expulsar demonios. Estos son los doce que escogió: Simón, a quien puso por nombre Pedro; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a los que llamó hijos del trueno, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, y Santiago hijo de Alfeo; Tadeo, Simón el cananeo y Judas Iscariote, el que traicionó a Jesús.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

Se reunió de gente sencilla, humilde, de campo, de pueblo para anunciar el mensaje de salvación que ha cambiado la historia de cada rincón de este mundo.
Lo mejor de este texto, a mi limitado entender, es que pone, que eligió a los que quiso, no pidió credenciales, ni hizo entrevista de trabajo, ni se fijó en C.V… aquí los títulos no cuentan mucho, el poder parece que menos y la posición social es indiferente.
La tentación de imponerse a los demás caracteriza a los líderes: vestirse de manera especial, hablar de determinados temas, rodearse de gente influyente, ser reverenciados, ponerse en los primeros puestos, ser tratados como especiales, mirar la vida desde la óptica económica, rezar mucho para legitimar su posición, dar apariencia de todo sin nada, ser intachables de fachada sin pensar en la propia conciencia, incluso dar la apariencia de justos, exponer hermosos discursos…. Y aquí tenemos a un grupo de gente bastante sencilla, muy humilde y sobre todo muy humano que revolucionó el mundo y abrió las puertas del Reino de Dios a la fusca de la vida.
En fin; es que éste tal Jesús de Nazareth no nos muestra la vida tal como es, sino tal como debería ser. Toda una Utopía de esperanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario