jueves, 24 de septiembre de 2009

Lc 9, 18-22. Viernes 25 septiembre.

EVANGELIO:
Y sucedió que mientras él estaba orando a solas, se hallaban con él los discípulos y él les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.»
Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.»
Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie.
Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día.»
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
¿ Quién decís que soy yo?... un fusquilla, aldeano, carpintero de profesión, que se reunió con un pequeño grupo de pescadores utópicos. Caminando con sandalias en los pies como únicas armas y el corazón generoso por bandera hizo temblar a todos los poderosos del mundo. Al final todos le abandonaron menos un grupito de mujeres entre las cuales estuvo reunido y recogido durante todo su caminar.
Hoy sigue llamando a caminar a su lado, pero con entrega total porque no sirve amar desde el “ya veremos”. Su mensaje ha sido seguido por muchos hasta la cruz, ha sido traicionado, manipulado y usurpado por otros. Pero si te consideras seguidor suyo debes tener muy claro una cosa: si no vives para servir, no sirves para vivir a su lado.

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