domingo, 6 de septiembre de 2009

LUNES, 7 DE SEPTIEMBRE, Lucas 6, 6-11

EVANGELIO
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenla parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: -«Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie. Jesús les dijo: -«Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?» Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: -«Extiende el brazo.» Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

Parece que la historia se repite. Vemos muy a menudo en la vida cotidiana de Jesús esta lucha continua entre el legalismo, el cumplimiento de la ley a toda costa y la vida nueva que Él “se empeña” en transmitir. Pero, ¿Cómo van a ser equiparables la salvación, la alegría que nace del encuentro con la vida nueva del evangelio, nuestra realidad de personas salvadas, “sanadas” del egoísmo y de todo lo q nos oprime, con el mero cumplimiento de unas normas que probablemente o no entendemos, o han quedado obsoletas, o lo que es peor, nos atan y deforman la vida cristiana?
¿Cuándo entenderemos que todo es mucho más simple y que Dios Padre no necesita ni nuestras prácticas, ni nuestras promesas, ni “nuestros sábados”?
"¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal?" Pues eso, Hagamos el bien, en la simplicidad de cada día y a todos los que nos piden que les echemos una mano y así seremos realmente seguidores de Jesús y de su Reino. Nada más…¡y nada menos!

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