martes, 8 de septiembre de 2009

MIÉRCOLES, 9 de septiembre, Lucas 6, 20-26

EVANGELIO

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: -«Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.»

EL EVANGELIO NO ES SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

¡Ay, Dios mío, este evangelio hace temblar la lógica más lógica de nuestro pensamiento y nuestras acciones! Como siempre, Jesús da un revés a lo que entendemos por "sentirnos bien", aspirar a "cosas normales": querer mejorar nuestro nivel económico y social, aspirar a tener las necesidades básicas cubiertas, no sufrir, tener una buena reputación y con el tiempo "ascender" en el rango de nuestra profesión, entre nuestros conocidos... al fin y al cabo, aspectos de nuestra vida absolutamente corrientes, y sin embargo, Él viene a contradecirnos, diciéndonos que los verdaderos seguidores de su mensaje van por otro lado. Y que sus preferidos son los perseguidos por su nombre, los que nada tienen, ni les va la vida, las fuerzas, la salud en tenerlo, los que sufren por su causa, que es la de los pobres de la tierra, los que...
Leyendo este pasaje nos echamos a temblar... ¡cuánto nos falta para ser buenos cristianos!, pero, ¿queremos, de verdad, serlo? ¿Estamos dispuestos a vivir el mensaje de las bendiciones de Jesús?¿Nos sentimos ricos, siendo pobres?, ¿alegres, en el dolor?, ¿felices, siendo odiados o mal vistos por ser de los suyos?
¡Adelante, realmente merece la pena tenerle a Él como compañero de viaje en el camino de la vida! NOS BENDICE... ¿qué más queremos?

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