lunes, 19 de octubre de 2009

MARTES, 20 DE OCTUBRE. Lucas 12, 35-38

EVANGELIO

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

Toda nuestra vida cristiana es pura vigilia. Jesús nos pide que no nos durmamos, que permanezcamos alerta, con los ojos del corazón bien abiertos y la lámpara de nuestra fe y esperanza, llena, llenísima de aceite. En numerosas ocasiones en su evangelio, Jesús, nos habla de este tema y nos dice que llegará como ladrón en la noche, como el novio que llega a la boda casi de improviso, como el Señor que les pregunta a sus criados si han hecho todo lo que tenían que hacer, vamos, como para no velar…
Entonces, ¿qué hacer? Permanezcamos en vela, es decir, atentos a su voz, a lo que él nos pueda pedir o requerir de parte de nuestros hermanos más pequeños: “Porque tiene hambre y ójala le demos de comer, sed y le demos de beber, está desnudo y le vestimos…” Nos suena, ¿no?

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