martes, 20 de octubre de 2009

MIÉRCOLES, 21 DE OCTUBRE. Lucas 12, 39-48

EVANGELIO

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.» Pedro le preguntó: -«Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?» El Señor le respondió: -« ¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

“Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá”.
Realmente, estas palabras de Jesús provocan en nosotros un sentimiento de responsabilidad enorme. Por ello, como Pedro también nosotros podemos decirle a Jesús: “Pues si esto es así, ¿quién puede salvarse?” porque, pensándolo bien, se nos exigirá todo, porque se nos ha dado todo. Se nos exigirá “mucho y más” porque se nos ha confiado mucho. Pero, ¿qué es ese todo?, ¿Es que Dios es un Señor déspota y exigente que necesita de nuestros trabajos y esfuerzos? No. Dios es un padre bueno, con una pedagogía muy clara: sabe que solo somos felices cuando nos damos del todo, cuando ponemos toda la carne en el asador en nuestra relación con los hermanos, cuando nos empeñamos y arriesgamos todo en nuestro trabajo de cada día, en la construcción de su Reino, en la construcción de un mundo más justo y humano, cuando somos capaces de llevar adelante nuestros sueños y deseos con coraje y valentía, cuando dejamos atrás todos los miedos, cuando luchamos, cuando… por eso nos ha dado mucho, nos ha confiado más y nos exigirá aun más. Para que seamos inmensamente felices. Del todo.

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