jueves, 8 de abril de 2010

Viernes 9 de abril. Jn 21, 1-14

EVANGELIO
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: - «Me voy a pescar.» Ellos contestan: - «Vamos también nosotros contigo.» Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: - «Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: - «No.» Él les dice: - «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: - «Es el Señor.» Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: - «Traed de los peces que acabáis de coger.» Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: - «Vamos, almorzad.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:
Debido a problemas técnicos no hemos podido colgar el comentario del evangelio en los dos día anteriores, por lo que pedimos disculpas y esperamos que no vuelva a suceder.
Hoy el evangelio nos presenta la idea clara de que con fe y confianza todo es posible en esta mundo. No era fácil llenar la cesta de peces, nadie lo esperaba ni lo creía, sin embargo con fe y esperanza, confiando en las palabras de Jesús se hizo posible. Gran enseñanza para nuestra vida...no debemos tirar la toalla, no tenemos que desesperar, hay que confiar en nosotros mismos, en nuestras posibilidades y capacidades y confiar en El, que de manera sutil nos manda la fuerza para ir caminando por la vida...No es facil, pero tampoco es dificil, es cuestión de querer, y ya se sabe, querer es poder...palante entonces.

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