viernes, 17 de diciembre de 2010

Mateo (1,18-24):SÁBADO 18 DE DICIEMBRE

Evangelio
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
María en medio del adviento es María la madre de la esperanza. Pero olvidamos que María estuvo acompañando a sus hijo hasta la cruz, y a los discípulos.
El encuentro Dios- María es fecundo. Alucinante Dios necesita una madre, para decirnos que seamos feliz, que estamos salvados. El encuentro Dios-Hombre también lo es ( Dios sale al encuentro de los hombres): si podemos dar un si confiado. María nos recuerda que hay dos caminos:
1º el del si: “hágase en mi según tu palabra”.
2º el del no: el camino del poder, del egoísmo, del aparentar.
Si vamos en la Navidad de la mano de María:
- Haremos de lo débil fuerza que enamora
- Del dolor, esperanza
- Del miedo, confianza
- De la pobreza, solidaridad
- De la palabra, compromiso
- De los sencillo, milagros
- Del silencio, grito
- De la tristeza, fiesta
- De los lunes, Navidad

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