jueves, 2 de diciembre de 2010

PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO
Viernes, 3 de diciembre de 2010. Mateo, 9,27-31.

Evangelio

Cuando Jesús se fue, lo siguieron dos ciegos, gritando: "Ten piedad de nosotros, Hijo de David". Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: "¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?". Ellos le respondieron: "Sí, Señor". Jesús les tocó los ojos, diciendo: "Que suceda como ustedes han creído". Y se les abrieron sus ojos. Entonces Jesús los conminó: "¡Cuidado! Que nadie lo sepa". Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

Es algo que llama mucho la atención. Jesús en este evangelio, pone de relieve una actitud fundamental en la vida de todo creyente: la fe y la confianza. Los dos ciegos tuvieron fe, de hecho fueron curados. Se sintieron heridos, enfermos, salieron al encuentro de Jesús. Y Él los sanó y salvó.¿Y en nuestra vida, qué pasa? ¿Nos parecemos a ellos?¿Nos sentimos necesitados de sanación? ¿Qué nos creemos que Dios tiene que hacer con nosotros? ¿Vivimos nuestra experiencia de encuentro con Él y con los demás, desde la fe, pero sin gratitud? ¿Nos creemos que Dios tiene que darnos, curarnos? ¿Pensamos, acaso, que somos nosotros los que tenemos que dar, proponernos metas, actuar desde la voluntad, y no desde la gratitud y la libertad?
Que no, que damos y esperamos recibir porque antes Dios nos ha dado a manos llenas su salvación, su vida, su amor. Ante esto, solo queda esperar a Jesús a la vuelta del camino para alabarle, pedirle y darle gracias por tanto…

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