35Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos
de sus discípulos.36Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de
Dios.»37Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús.38Jesús se
volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscáis?» Ellos le
respondieron: «Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?»39Les
respondió: «Venid y lo veréis.» Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron
con él aquel día. Era más o menos la hora décima.40Andrés, el hermano de Simón
Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús.41Este
se encuentra primeramente con su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al
Mesías» - que quiere decir, Cristo.42Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su
mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» -
que quiere decir, "Piedra".
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Cada día estoy más convencido que muchísima gente no tiene
ni puñetera idea de lo que celebramos estos días, lo que llamamos encarnación,
esa aventura de encontrarse con Dios. Nos quedamos a cierta distancia, porque
Dios suele tener el capricho de pedir compromiso, dedicación y mucha vida. La Palabra – Dios- encuentra
su lugar en la historia, el quehacer de los hombres, en el compromiso donde se
sufra cualquier injusticia. Las navidades son un compromiso de encarnación; no
una cena tras una comida, y luego otra comida tras una cena…o los días
decretados por calendario para ser mejores personas, ¡¡¡ que estupidez!!!!
Cristo
no es el niño de Belén, ni el maestro de
Galilea, o el crucificado del calvario, ¡que va! Cristo es una
presencia viva.- por eso celebramos la Navidad-. No se
necesita saber mucho para comprender su mensaje, si te acercas al Evangelio (
no hay nada más sencillo y humano), no para buscar recetas para la vida, sino para experimentar que viviendo como él,
se puede vivir de manera diferente, con libertad y alegría interior.
“Creo que Dios es amor. Creo que el creador no se burla
de sus criaturas. Creo que Cristo ya ha vencido al pecado y a la muerte. Creo
que la muerte de Cristo ya es la resurrección. Creo que la creación entera gime
dolores de parto, en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la
corrupción para participar de la
Gloriosa libertad de los hijos de Dios” ( Casaldáliga)
Si yo fuera cardenal lo tendría claro. Estamos en tiempos de cambios, el Papa va entregando su vida al Señor y las congregaciones, dicasterios, consejos pontificios... gobiernan, dicen, la Iglesia.
ResponderEliminarSi yo fuera cardenal lo tendría claro. La prensa de todo el mundo se dedica en estos días a colocarnos listas de papables y a contarnos intervenciones de obispos y colectivos que, razonablemente, piden la dimisión del hermano Karol Wojtyla de su puesto de Papa.
Si yo fuera cardenal tendría claro a quién elegir en el cónclave. En estos medios nuestros hemos seguido con interés las andanzas de un pequeño obispo, de prelatura, jubilado ya, que bien podría dedicarse a estas labores.
Pedro Casaldáliga sería un gran Papa, Pedro II, con sandalias y todo. No tendría que moverse de su casa, no querría, ni haría falta. La cosa del gobierno sería más sencilla, con menos Constitución, Carta o Exhortación Apostólica y más poesía… apostólica, claro.
En su casa seguiría habiendo sitio para la acogida, el humor, el diálogo y la buena voluntad y cada uno, en su comunidad, seguiría trayendo reino de Dios pero sin tronos ni entronizaciones.
Si yo fuera cardenal, lo tengo claro, Pedro, el hermano Pedro, sería mi candidato, pero… no soy cardenal.
ECLESALIA, 11 de febrero de 2005
EL HERMANO PEDRO
GREGORIO FERNÁNDEZ
VALLADOLID.