EVANGELIO
Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán".
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:
“Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia”, Jesús llama o se deja interpelar por las distintas personas que se le acercan. Por todo el mundo, a lo largo del camino de nuestra vida, Jesús sigue llamándonos, a lo mejor tampoco importa mucho el sitio o las circunstancias, pero sí la radicalidad de nuestra respuesta: nos invita a ser de los suyos, a caminar sin alforja y sin sandalias de repuesto, a no tener seguridades más allá de su persona, su mensaje, su evangelio, a relativizar todo en nuestra vida para buscar y construir el reino de Dios sin mirar para atrás…y la verdad es que la respuesta, nuestra respuesta, ante esta llamada, desde la libertad y la confianza segura en este buen compañero de camino, no puede ser otra que la misma que dio Pedro: "Señor, ¿adónde vamos a ir?" . Renovemos hoy nuestro deseo de seguirle, a pesar de los pesares de la vida de cada uno, "adonde quiera que vaya".
Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán".
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:
“Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia”, Jesús llama o se deja interpelar por las distintas personas que se le acercan. Por todo el mundo, a lo largo del camino de nuestra vida, Jesús sigue llamándonos, a lo mejor tampoco importa mucho el sitio o las circunstancias, pero sí la radicalidad de nuestra respuesta: nos invita a ser de los suyos, a caminar sin alforja y sin sandalias de repuesto, a no tener seguridades más allá de su persona, su mensaje, su evangelio, a relativizar todo en nuestra vida para buscar y construir el reino de Dios sin mirar para atrás…y la verdad es que la respuesta, nuestra respuesta, ante esta llamada, desde la libertad y la confianza segura en este buen compañero de camino, no puede ser otra que la misma que dio Pedro: "Señor, ¿adónde vamos a ir?" . Renovemos hoy nuestro deseo de seguirle, a pesar de los pesares de la vida de cada uno, "adonde quiera que vaya".
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