Habiéndose reunido la gente, comenzó a decir: «Esta
generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra
señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los
ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del
Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los
condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de
Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el
Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la
predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
El hombre y la mujer que ponen sus aspiraciones en un
segundo plano a la seguridad, ha
apostado ya por la mediocridad. Dios siempre nos da una señal. La señal siempre
viene de la debilidad lo que hace falta es leer la señal en clave de amor, la
señal está en amar a los débiles. La manera ideal de amar que nos enseña Jesús
es acompañar a vivir. A quien se encuentra hundido en la soledad,
bloqueado por la depresión, atrapado por la enfermedad o sencillamente vacío,
sin esperanza, sin alegría… es la señal para que acompañes a vivir, que estás
mirando. Si la mayor parte de los hombres de hoy tuviera que elegir entre una
vida feliz pero peligrosa, arriesgada, difícil, y otra vida más chata, vulgar,
pero segura y sin miedo a posibles crisis o altibajos, la mayoría elegiría la
segunda, ¡ que penita más grande! Eso es apostar por la mediocridad. Es morirse
en vida. La señal, Dios siempre da una señal: pero muy pocos apuestan por ella.
P´alante
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