viernes, 10 de febrero de 2012

Sábado 11 de febrero. Mc 8,1-10

 
EVANGELIO

Uno de aquellos días, como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discipulos y les dijo: «Me da lástima de esta gente; llevan ya tres dias conmigo y no tienen qué comer., y, si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos.» Le replicaron sus discipulos: « ¿Y de dónde se puede sacar pan, aqui, en despoblado, para que se queden satisfechos?» Él les preguntó: «¿Cuántos panes tenéis?» Ellos contestaron: «Siete.» Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discipulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús los bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discipulos y se fue a la región de Dalmanuta.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:
Cuando las escalofriantes imágenes de niños y adultos sin nada que comer siguen bombardeando nuestra mente y nuestro corazón, y que hemos recordado en esta semana contra el hambre, mientras sigue habiendo miles de personas haciendo colas interminables para llevarse algo a la boca, Jesús nos dice hoy que no existe Dios sin pan, que no podremos perpertuar la presencia de Jesús en nuestro mundo si no somos capaces de partir y repartir el alimento. El se partió y se repartió y lo sigue haciendo cada vez que celebramos la Eucaristía...no más comuniones para los que no estén dispuestos a partirse y compartirse. La vida del seguidor de Jesús debe consitir en compartir lo que somos y también lo que tenemos. Quiero aplaudir desde aquí tantas iniciativas que han ido surgiendo a lo largo de esta semana para ayudar a los que menos tienen, tantos colegios, barrios, parroquias...se han movilizado y han inventado acontecimientos para recaudar un poco de dinero, gracias a todos ellos, que además, la mayoría, no quieren reconocimientos. Ahí está la presencia del nazareno entre nosotros. Palante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario