Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se
figuran que por su palabrería van a ser escuchados.No seáis como ellos, porque
vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.«Vosotros, pues, orad
así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre;venga tu
Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.Nuestro pan
cotidiano dánosle hoy;y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado
a nuestros deudores;y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.«Que
si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a
vosotros vuestro Padre celestial;pero si no perdonáis a los hombres, tampoco
vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
La mucha palabrería enturbia la ideología, decía San Agustín.
No digas “Padre” si cada día no te portas como un hijo.
No digas “Nuestro” si vives aislado y siendo un egoísta.
No digas “que estás en los cielos”, si sólo piensas en las
cosas de la tierra y en tu ombligo.
No digas “Santificado sea tu nombre” si no te importan los
sin voz , los nadies.
No digas “Venga a nosotros tu reino”, si lo confundes con el
dinero.
No digas “Hágase tu voluntad” si no la aceptas cuando es
dolorosa.
No digas “Nuestro pan dánoslo hoy”, si no te preocupas de la
gente sin pan y cobijo.
No digas “Perdona nuestras deudas” si no eres capaz de
perdonar a deudores.
No digas “No nos dejes caer en la tentación” si tienes la
intención de seguir pecando.
No digas “Líbranos del mal” si no tomas partido contra el
mal.
No digas “Amen” si no has tomado en serio estas palabras.
No digas " P´alante" si no te consideras de la Fusca de la Vida.
Padre Nuestro, de todos nosotros,
ResponderEliminarde los pobres, de los sin techo,
de los marginados y de los desprotegidos,
de los desheredados
y de los dueños de la miseria,
de los que te siguen
y de los que en ti ya no creemos.
Baja de los cielos,
pues aquí está el infierno.
Baja de tu trono,
pues aquí hay guerras, hambre, injusticias.
No hace falta que seas uno y trino,
con uno sólo que tenga ganas de ayudar,
nos bastaría.
¿Cual es tu reino?¿El Vaticano?
¿La banca?¿La alta política?
Nuestro reino es Nigeria, Etiopía,
Colombia, Hiroshima.
El pan nuestro de cada día
son las violaciones, la violencia de género,
la pederastia, las dictaduras,
el cambio climático.
En la tentación caigo a diario,
no hay mañana en la que no esté tentadode crear a un Dios humilde,
a un Dios justo.
Un Dios que esté en la tierra,
en los valles, los ríos,
un Dios que viva en la lluvia,
que viaje a través del viento
y acaricie nuestra Alma.
Un Dios de los tristes, de los homosexuales.
Un Dios más humano...
Un Dios que no castigue, que enseñe.
Un Dios que no amenace, que proteja.
Que si me caigo, me levante,
que si me pierdo, me tienda su mano.
Un Dios que si yerro no me culpe
y que si dudo me entienda.
Pues para eso me dotó de inteligencia,
para dudar de todo.
Padre Nuestro, de todos nosotros,
¿por qué nos has olvidado?
Padre Nuestro, ciego, sordo y desocupado,
¿por qué nos has abandonado?