miércoles, 23 de mayo de 2012

Juan 10: 22 - 30. jueves 24 de mayo

EVANGELIO:

Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.» Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:


La fiesta de la dedicación: ¡¡¡¡ a la fusca nos gusta la fiesta!!!!!
Obras son amores y no buenas razones… Jesús apela a sus obras para acreditar su dignidad. Eso es un deber en la fusca… nos conocerán por las obras.  Otros viven de discursos y desfiles, por favor, no debemos caer en este juego.
            Jesús ensalza lo vivencial sobre lo racional. Y en nombre de Dios le tachan de blasfemo e intentarán lapidarlo, a cuántos en nombre de Dios no nos han intentado lapidar, jajaja, a mi: si. Yo me uno, una vez más, a Jesús de Nazareth para deciros que es absurdo tal creencia … se auto-nombran portavoces de Dios para joder al prójimo, ¿ qué Dios es ese?
Jesús entregado sin reservas al prójimo, ese es el pasaporte que presenta antes los fanáticos religiosos de su tiempo. No le falta el compromiso, es lo que cuenta. La fe sin obras no vale nada, la fusca soltamos amarras nos comprometemos y por eso estamos al lado de Dios. P´alante

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