lunes, 4 de noviembre de 2013

Martes 5 de noviembre. Lc 14,15-24

 EVANGELIO

Al oír estas palabras, uno de los invitados le dijo: "¡Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios!".
Jesús le respondió: "Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente.
A la hora de cenar, mandó a su sirviente que dijera a los invitados: 'Vengan, todo está preparado'.
Pero todos, sin excepción, empezaron a excusarse. El primero le dijo: 'Acabo de comprar un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego me disculpes'.
El segundo dijo: 'He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego me disculpes'.
Y un tercero respondió: 'Acabo de casarme y por esa razón no puedo ir'.
A su regreso, el sirviente contó todo esto al dueño de casa, y este, irritado, le dijo: 'Recorre en seguida las plazas y las calles de la ciudad, y trae aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los paralíticos'.
Volvió el sirviente y dijo: 'Señor, tus órdenes se han cumplido y aún sobra lugar'.
El señor le respondió: 'Ve a los caminos y a lo largo de los cercos, e insiste a la gente para que entre, de manera que se llene mi casa.
Porque les aseguro que ninguno de los que antes fueron invitados ha de probar mi cena'".

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

La preferencia del banquete son los pobres, lisiados, etc…. O sea: los que no pueden devolver la invitación. Lo que me parece más interesante, por no decir otra palabra,  es que muchos de los que aparentemente serían invitados de honor, terminan por rechazar la invitación, Dios invita siempre pero algunos con su actitud, su vida, su comportamiento, su riqueza rechazan la invitación, hay muchos en la poltrona de la Iglesia que ya hace tiempo que rechazaron la invitación, porque se situaron al lado del poder y el prestigio. La lista de invitados de Jesús será una gran sorpresa, más que la lista de políticos corruptos.
Es de ladrones no compartir  y es de hipócritas no compartir lo  con los necesitados y sentarnos a la mesa de la eucaristía, incluso comulgando diariamente y con fervor. Es de muy malas personas no dar al pobre lo que le pertenece y todavía peor hablar desde la poltrona eclesiástica de esto, sin cumplirlo.

Comulgar con las palabras del Evangelio de hoy es intentar repartir ternura a nuestro alrededor. La única norma de la Iglesia es la del amor y el servicio al necesitado; y la invitación se da desde este amor, si no es así será mediocridad, cinismo y teatro, teatro, teatrooooooooooo.

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