EVANGELIO
20«Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la
de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.21«Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate
será reo ante el tribunal.22Pues yo os digo:
Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero
el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el
que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego.23Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que
un hermano tuyo tiene algo contra ti,24deja tu ofrenda
allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego
vuelves y presentas tu ofrenda.25Ponte enseguida a
buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu
adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.26Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último
céntimo.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA
DINAMITA:
Amigos de la fusca:
- Dios nos ha
perdonado muchas cosas…cada uno lo sabemos.
- Nos ha amado
grandemente en la persona de Jesús.
- Pero nos cuesta
perdonar a los que ¨tienen cuentas pendientes con nosotros¨…
- ¡Somos iinjustos ………..
porque no sabemos perdonar al hermano...
¨
ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA¨
Este cuento también
puede ser aplicado a la conversión cuaresmal, al cambio de
actitudes. Dios, el
mejor de los carpinteros, puede hacer con nosotros maravillas,
porque sólo se fija en
lo bueno y positivo de cada uno.
Cuentan que en la carpintería hubo
una extraña asamblea. Fue una
reunión de herramientas para
arreglar diferencias.
El martillo ejerció la
presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía
que terminar. Se pasaba el tiempo
haciendo ruidos.
El martillo aceptó la culpa, pero
pidió que fuera expulsado el tornillo,
argumentando que había que darle
demasiadas vueltas para que sirviera.
El tornillo aceptó el ataque pero
exigió la expulsión de la lija. Señaló que
era áspera en su trato y tenía
fricciones con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo pero
exigió que fuera expulsado el metro que
siempre se pasaba midiendo a los
demás como si fuera el único perfecto.
En eso entró el carpintero, se
puso su delantal e inició la tarea.
Utilizó el martillo, la lija, el
metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera
se convirtió en un hermoso mueble.
Cuando la carpintería quedó
nuevamente sola, la asamblea reanudó la
deliberación. Fue entonces cuando
el serrucho dijo:
“Señores, ha quedado demostrado
que tenemos defectos, pero el
carpintero trabaja con nuestras
cualidades. Eso nos hace valiosos. Así
que no pensemos en nuestros fallos
y concentrémonos en la utilidad de
nuestros méritos”.
La asamblea pudo ver entonces que
el martillo es fuerte, el tornillo une, la
lija pule asperezas, el metro es
preciso y el serrucho, indispensable.
Se vieron como un equipo capaz de
producir muebles de calidad.
Esta nueva mirada los hizo
sentirse orgullosos de sus fortalezas y de ser
capaces de trabajar juntos.
no vamos a tener que esforzar un poquito...p´alante