Martes 17 de junio. Mt 5,43-48

EVANGELIO:

«Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles?

Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

Pues como no teníamos bastante, se empeña en ponerlo fácil: ahora amar a  los enemigos. Decía Víctor Hugo: “Ser bueno es fácil, lo difícil es ser justo”…

Nadie puede amar a sus enemigos. Porque para amarle primero tiene que hacerle su amigo. La existencia cambia cuando alguien se decide amar gratis a alguien.

Es una llamada al perdón, a la comprensión… Hemos confundido muchas veces el mensaje de Jesús, nos hemos conformado con pedir perdón, hemos basado nuestra religión en el pecado  y nos hemos llenado de la filosofía del pecado, creyendo que todo se reduce a ir a pedir perdón al confesionario, cuando lo importante es perdonar nosotros. Mucho más importante es ser capaces de perdonar. No se trata tanto de visitar confesionarios sino de ampliar el círculo del amor y la amistad, perdonando, eso si es Evangelio.

Hoy como en tiempos de Jesús, hay jerarcas, doctores, teólogos,  sacerdotes, escribas, levitas, fariseos, gentiles, publicanos, directores técnicos o académicos, consejeros y provinciales injustos .... pero lo que realmente necesitamos es testigos del amor auténtico. O estamos o no estamos, pero a medias noooooooo