martes, 4 de mayo de 2010

Juan 15, 1-8. MIERCOLES 5 DE MAYO

EVANGELIO:
Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos mÍos.»
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
guardar la palabra: no es sólo escuchar, oir, recordar... es obrar. Si, la obra y las buenas obras son fundamentales. Es importante y es un misterio: es como el amor que lleva a la muerte por el amado.El sarmiento tiene que estar unido a la vid, si no quiere secarse. Un sarmiento seco no sirve para nada. Analicemos como cristianos, como comunidad; que nos ha separado en la Iglesia de la Vid, de Jesús, analicemos a título personal qué nos ha separado a nosotros de Jesús. os frutos que Dios quiere son: el derecho, la justicia, el respeto, la tolerancia, el servicio, el amor con obras, la bondad, la paz, el perdón... frutos no de palabras, sino con obras.

Dios nos ama. Nosotros amamos a Dios. El amor de Dios es grande.Con la imagen de la vid está fijando las bases de la comunidad eclesial, cuyo único soporte válido debe ser el amor. Y hay un cierta urgencia para que ese amor se fusione con Jesús.

La fe es un encuentro con Cristo y allí se descubre que Dios es amor, y unidos a ese amor se comienza a dar fruto de obras y no con palabras.
Vivimos para amar, la vida espera mucho de nosotros.

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