jueves, 20 de mayo de 2010

Viernes 21 de mayo. Jn 21,15-19

EVANGELIO

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro: - «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Él le contestó: - «Sí, Señor, tú, sabes que te quiero.» Jesús le dice: - «Apacienta mis corderos.» Por segunda vez le pregunta: - «Simón, hijo de Juan, ¿me arnas?» Él le contesta: - «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Él le dice: - «Pastorea mis ovejas.» Por tercera vez le pregunta: - «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: - «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: - «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: - «Sígueme.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

Podemos ver la diferencia entre querer y amar, porque no es lo mismo. Se ama porque sí, porque brota gratuitamente del corazón. En cambio, queremos interesadamente, de trata de una intención moldeada y sujeto por eso mismo al vaivén de nuestro estado de animo, o de nuestras ganas o desgana. Seamos pues de los que aman, de los que sienten y viven con el corazón a flor de piel y se la juegan por y para eso. Palante

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