martes, 3 de septiembre de 2013

Lucas 4: 38 - 44. miércoles 4 septiembre

EVANGELIO:

Saliendo de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella.

Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles.

A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba.

Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: «Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él, conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo.

Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde él, trataban de retenerle para que no les dejara.

Pero él les dijo: «También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado.»

E iba predicando por las sinagogas de Judea.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

En la fusca de la vida, hemos reflexionado con este evangelio: lo hemos hecho desde la perspectiva de la curación, desde el detalle de la curación a la “suegra” del santo padre Pedro, desde los endemoniados pero nunca desde:
"se marchó al descampado" “A UN LUGAR SOLITARIO”

Un día las fuerzas se desgastan y el agobio se apodera de nosotros. Quedan atrás la euforia y vitalidad de otros tiempos. Ahora sólo sentimos la falta de aliento, la impotencia, el hastío. Decía la madre Teresa de Calcuta que cuando aumentaba el trabajo en sus comunidades, también aumentaba el tiempo de reflexión personal y comunitaria, el tiempo de oración.
Las raíces del cansancio pueden ser muy diversas. Las ocupaciones nos dispersan, la actividad constante nos desgasta, la mediocridad misma de nuestra vida y nuestro trabajo nos aburre. Mil contrariedades, y debemos cuidar el alimento del alma, cada uno a su manera, porque cada uno tenemos nuestra forma, pero hay que hacerlo.
¿Qué hacer cuando la alegría interior se nos escapa y sentimos el alma cansada y sin aliento? No creo en la huida cobarde, creo en el renacimiento. Sentirse vivo y dispuesto para el servicio… hoy en día el mundo: NECESITA DONANTES DE SONRISAS Y ENERGÍA POSITIVA. Sólo las da el que está vivo y lleno de entusiasmo. P´alante

¡ queda tantas cosas por hacer! Que no hay tiempo para … discursos

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