lunes, 23 de septiembre de 2013

Martes 24 de septiembre. Lc 8,19-21

EVANGELIO:

Se presentaron donde él su madre y sus hermanos, pero no podían llegar hasta él a causa de la gente.Le anunciaron: «Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte.»Pero él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
La verdadera familia de Dios es la de aquellos que ponen en práctica la Palabra. Hay bastante gente de Iglesia que creyéndose pertenecientes a la familia de la Palabra ( la escuchan) no la ponen en práctica ( grupo de Nazareth). Ellos han mirado el menú y se han hecho una religión a la carta, poco tiene que ver con el Evangelio.
Sin embargo, la mediocridad de unos no justifica la mediocridad de nuestro compromiso. La familia de Jesús no es el resultado de un cóctel  al gusto estético de cada uno, donde están instalados tantos y tantos que se consideran cristianos. El seguimiento radical de Cristo es fruto de la coherencia del Evangelio, donde sólo llegan los que apuestan por lo auténtico, abandonando lo Light. Por eso parece claro que al Reino se entra no por lo que uno reza, o dice, piensa o predica, ni porque oiga muchas plegarias, ni por el cargo político o religioso que ocupa, por la fama o el título insultante del que presume… a veces entran, en esa familia, en ese Reino los que jamás pensaríamos que lo harían, pero que con su pobre y auténtica vida defendieron la dignidad de los más desfavorecidos. 

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