martes, 25 de noviembre de 2014

Martes 25 de noviembre. Lc 21, 5-11

EVANGELIO

Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: 
"De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido". 
Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?". 
Jesús respondió: "Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: 'Soy yo', y también: 'El tiempo está cerca'. No los sigan. 
Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin". 
Después les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino. 
Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo." 


EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

La destrucción del templo. No de cualquier templo, sino del templo de Jerusalén, es señal del fin de los tiempos. Y el templo era suntuoso, maravilloso, de un poder y una belleza impresionante, con piedras y ofrendas  de un valor incalculable, con un colorido extraordinario . El templo caerá, como todos los poderes pasajeros, tan hipócritas como débiles. No quedará piedra sobre piedra…. ¿qué quiere decir? Que la relación del hombre con Dios no es a través de signos, sino cara a cara, de tú a tú, en comunicación de vida. No valen justificaciones y medias tintas, ahora jugamos en el día a día, cara a cara, partido a partido diría el Cholo. El templo para los judíos es seguridad. Si el templo está, sabían como tenía que vivir. Si falta el templo, no sabrían cómo llegar a Dios. Hay una invitación a salir del templo... ¡cuánto antes!



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