EVANGELIO
Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:
"Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a
su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no
puede ser mi discípulo.
El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a
calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?
No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo
vean se rían de él, diciendo:
'Este comenzó a edificar y no pudo terminar'.
¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar
si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?
Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada
para negociar la paz.
De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee,
no puede ser mi discípulo."
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA
Lo primero que nos quiere suscitar este relato, es que el
centro de la vida en cuanto al seguimiento de Jesús se refiere, debe ser el
propio Jesús. Y no nos referimos a su ser, sino a su forma, a su estilo de
vivir. El que decide que su vida se va a regir por los parámetros de Jesús y si
Evangelio, debe estar dispuesto a intentar parecerse, en su forma y manera de
vivir, a la de Jesús, y por eso, Él, ocupará la centralidad en este sentido.
Debemos acercarnos a su ética, su conducta, sus valores, sus convicciones…
Aparece también, como clave del seguimiento, el estar
dispuestos a llevar la cruz….con mucha frecuencia hemos identificado la cruz, o
las cruces, con nuestras dificultades y obstáculos para ser coherentes con la
vida de Jesús…la cruz de la pereza, el egoísmo, la soberbia, etc…pero lejos de
esta simple interpretación, lo que significa esto, es que en la época de Jesús,
el pueblo estaba muy acostumbrado a ver como los subversivos y contrarios a los
poderes, eran crucificados, y en muchos lugares quedaba la marca que hablaba de
lo que allí había sucedido. Aquel pueblo, por tanto, sabía de cruces y
ejecuciones. Y sabía, por tanto, que cuando Jesús utiliza este ejemplo, es para
referirse a la dura realidad que significa que, si le sigues con fidelidad y
coherencia, puedes tomar el camino de la cruz, de la ejecución. Quiere decir
que Él cuenta con gente que esté dispuesta a perder la honra y la dignidad,
asumiendo una forma de vida que le puede llevar a ser molesto para otros. Esa
libertad para decir lo que piensa, es la misma que Jesús exige a los que le
sigan, y esto no es una broma. Aquí radica parte del éxito o fracaso del
seguidor de Jesús: en la libertad para decir y hacer lo que los valores y la
vida de Jesús proponen, es decir, ser evangélicos. Me vienen a la mente muchas personas, que un
día apostaron por esto, y por la libertad, pero que con el tiempo se han
convertido en meros funcionarios de lo religioso, pero que no se han equipado
con la libertad que exige el seguimiento de Jesús.
En muchas empresas el silencio no es oro, el silencio es un sobre.
ResponderEliminarJaume Perich