EVANGELIO
Jesús dijo al que lo había invitado: "Cuando des un almuerzo o una cena,
no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los
vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu
recompensa.
Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a
los paralíticos, a los ciegos.
¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu
recompensa en la resurrección de los justos!".
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA
En primer lugar pedir disculpas por la semana en blanco que
hemos tenido en el blog. Ha habido agendas apretadas que nos han impedido
sentarnos y centrarnos. Agradeciendo que entendáis nuestra “relajación”, vamos
con el evangelio de hoy.
En primer lugar hay que decir, que las recomendaciones que
nos hace Jesús, cuanto menos, son desconcertantes. Hoy, y en su época más,
nuestros hábitos sociales, no van por este camino. Es decir, nadie de la alta
sociedad, invita a comer a personas desconocidas y mucho menos, si su aspecto
es andrajoso y pordiosero. El hecho de que Jesús lo diga, va acompañado por su
costumbre de comer con pecadores, mendigos, prostitutas…esto supone una revolución,
porque no solo es comer con los denominados “impuros”, sino que al sentarse a
la mesa y comer con ellos, los está restaurando socialmente, los hace de los
suyos, los acoge en su comunidad.
Por otro lado, no hay que perder de vista que donde Jesús pronuncia
las palabras del relato de hoy, es la casa (mansión) de un fariseo que le
invita a comer, con lo cual, él habla desde el puesto de invitado a la mesa, y
desde allí desmonta los criterios que regían las relaciones sociales dignas, y la
comunión religiosa. Jesús acepta la invitación, pero no se queda callado,
aprovecha para dejar claro su mensaje y poner colorado al fariseo y a los que
estaban allí.
Podemos preguntarnos, qué hacen los eclesiásticos que comen
y beben con los potentados de nuestra sociedad…pues guardar silencio y con esto
ser cómplices de sus injusticias. Qué pinta un cardenal con los miembros del Ibex
35…pues nada de nada. Quizás el “carrerismo”, el trepar, ha hecho que perdamos
el norte y que estemos cerca de los poderosos, pero muy lejos del Evangelio de
Jesús. Solución tiene, y pasa por la fidelidad y la coherencia.
![](http://estaticos02.elmundo.es/elmundo/imagenes/2011/06/21/madrid/1308654590_0.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario