jueves, 20 de noviembre de 2014

Mateo 12:46-50. VIERNES 21 DE NOVIEMBRE

EVANGELIO
46Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con él.47Alguien le dijo: «¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte.»48Pero él respondió al que se lo decía: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»49Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos.50Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.»
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA.

EL QUE CUMPLA LA VOLUNTAD DEL PADRE.

La diferencias está en tener un corazón mezquino o abierto… sentirse discípulo de Jesús de Nazareh es pasar a formar parte de una familia muy especial, cuando todo alrededor parece semipodrido hay que tener muy claro con quien estás y a quien consideras tu hermano, tu hermana, tu madre…. En definitiva con quien compartes tus encuentros, es ahí donde está el rostro de Dios. Esos desinteresados voluntarios, amantes del prójimo, testigos de la verdad, amantes incansables de los más sencillos y necesitados, la fusca de la vida que se desgasta por los demás, los incansables que se mueven en todas direcciones para escuchar la voz del hermano. Ese es el encuentro de Jesús de Nazareth con sus hermanos, hermanas y madre. Ese es el único sacramento, ese es el único camino, ese es el verdadero amor. P´alante

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