miércoles, 9 de marzo de 2011

Tiempo de Cuaresma
Jueves, 10 de marzo de 2011, Lucas 9,22-25

EVANGELIO

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.» Y, dirigiéndose a todos, dijo: -«El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

Pues con ese panorama… ¡cualquiera le sigue! Si lo que se nos anuncia es cruz, muerte, persecución, lucha… ¿quién va a estar dispuesto a seguir adelante? Sin embargo han sido muchos, pero muchos, los que, a lo largo de la historia, lo han hecho…Con sus vidas nos dicen que merece la pena dejarlo todo, perderlo todo y seguirle. ¿Por qué? ¿No será, tal vez, porque más allá de la muerte, de la negación y de la pérdida, Jesús nos habla de la enorme alegría que se experimenta cuando le conocemos, le seguimos y queremos participar en su suerte? Es la eterna contradicción del evangelio. La antítesis muerte- vida se resuelve siempre en vida. Perdón, en Vida. Y el que, día a día, se gasta por Jesús y por la gente que se encuentra en el camino, lejos de experimentar pérdida, encuentra alegría, paz del corazón…entonces, ¿a qué esperamos? No perdamos ni un segundo en mirarnos a nosotros mismos pensando que así “salvamos nuestra vida”, hagamos la prueba de perder y perder nuestro tiempo, nuestras fuerzas, nuestros talentos, nuestra vida, en definitiva. La ganancia será desmesurada. “una medida rebosante, remecida” .

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