jueves, 10 de marzo de 2011

Tiempo de Cuaresma
Viernes, 11 de marzo de 2011, Mateo 9, 14-15

EVANGELIO

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: - «Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?» Jesús les dijo: -«¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

Pues no, no podemos ayunar, porque Jesús está entre nosotros y esta presencia es como una boda que dura eternamente. Ni podemos ayunar, como entendían que ayunáramos los fariseos y los que se les parecen aún hoy y ahora, ni podemos entender las penitencias, ni las prácticas externas como medios de acercarnos más a Dios. ¡Que no! Que es al revés: que Él ya está en nuestro corazón, o quiere estarlo, y hace posible que le amemos y le reconozcamos en nuestros hermanos. Que nosotros poco tenemos que hacer para ganárnoslo. Que, en todo caso, si ayunamos, es porque le amamos y amamos a los que tenemos cerca o lejos, no para amarle más. ¡ay, el ayuno! Ayunemos de la pereza, de nuestra falta de entrega y de una existencia cómoda que sólo mira para sí. “El ayuno que yo quiero es éste: Abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos; partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia carne. Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: "Aquí estoy."»
¡Buen fin de semana!

No hay comentarios:

Publicar un comentario