El primer día de los Azimos, cuando se sacrificaba el
cordero pascual, le dicen sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a hacer
los preparativos para que comas el cordero de Pascua?»Entonces, envía a dos de
sus discípulos y les dice: «Id a la ciudad; os saldrá al encuentro un hombre
llevando un cántaro de agua; seguidle y allí donde entre, decid al dueño de la
casa: "El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?"El
os enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada;
haced allí los preparativos para nosotros.»16Los discípulos salieron, llegaron
a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua.Y mientras estaban
comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, este es
mi cuerpo.»Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron
todos de ella.Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza , que es derramada
por muchos.Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día
en que lo beba nuevo en el Reino de Dios.»Y cantados los himnos, salieron hacia
el monte de los Olivos.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Jesús no seleccionaba los comensales; los judíos si; sólo se
sentaban con quienes eran dignos de admiración; Jesús compartió plato con publicanos,
prostitutas, gente impura y marginada; Jesús no era moralista era amigo, ¡ gran
diferencia! Por eso ningún moralista debe sentarse a esta mesa, y sí; cada vez
más amigos. Su mesa estaba abierta a todos. ¿Por qué? Porque todos tienen un
lugar – muy especial- en el corazón de Dios.
El cáliz y el pan que levantamos es todo el amor de
Cristo; comulgar con él es compromiso
para repartir ese mismo amor. No se trata ( queridos políticos de poltrona y presidentas de comunidad de Pret-á-porterr y alcaldes de pasarela cibeles) de
salir un día con peineta a pasear por la ciudad detrás del cuerpo de Cristo, se
trata de adora el cuerpo de Cristo cada día: en el enfermo, en el parado, en
el desamparado, en el que no puede pagar el metrobus, el que no gana para
desgracias, en el desahuciado, en el pobre, en el que huele mal, en el que no
da para más, en el que no cuenta, en el sin voz, en el nadie….
La eucaristía nos recuerda que el cuerpo de cristo no sólo está en las
patenas; sino también en las pateras que cruzan el estrecho ilegalmente, que
“beber del cáliz” de la eucaristía es el
compromiso diario de desgastarse por el hermano dolorido, que desearse la paz
es esforzarnos a diario por ser pacíficos en familia, que pedir perdón a Dios
en cada eucaristía es soñar con un mundo en libertad y sin rencores, lleno de
ternura. Que nuestra Iglesia no tiene otro primado que el del amor y el del
servicio al necesitado. De hecho día del “corpus” es el día de la caridad…. (
es lo que hay) p´alante
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