miércoles, 23 de octubre de 2013

Jueves 24 de Octubre. Lc 12,49-53

EVANGELIO:

«He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! «¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:


Radicalidad total y leña al mono que es de goma, no hay vuelta atrás, ni excusas. Combinación de felicidad, fidelidad, radicalidad y libertad. Y el que tenga lo que hay que tener que acepte el órdago, y acepte que la revolución con la bandera del profeta de Nazareth debe estar ya en marcha. Pero a la vez mezclado con debilidad, misericordia y conversión, para terminar en una utopía maravillosa que se llama Buena Noticia. La autenticidad del mensaje irrumpe con fuerza y rompe todos los esquemas, seguir no es fácil pero en la lucha no se afloja. Y esto es para todos, no sólo para unos pocos, quien opta por la radicalidad del Reino, tiene que estar dispuestos a dejar todo por él. Esto no es: unos dan consejos y otros los cumplen, aquí o se es o estamos haciendo el canelo. El que sigue a Jesús no tiene paz ni descanso, el mensaje es pura dinamita, no adormece conciencias, acelera el corazón y las piernas para entregarse sin descanso a los que menos tienen. 

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