«He venido a arrojar un fuego
sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido! Con un bautismo
tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla! «¿Creéis
que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división. Porque
desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos
contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el
padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la
nuera y la nuera contra la suegra.»
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO,
ES PURA DINAMITA:
Radicalidad total y leña al mono
que es de goma, no hay vuelta atrás, ni excusas. Combinación de felicidad,
fidelidad, radicalidad y libertad. Y el que tenga lo que hay que tener que acepte
el órdago, y acepte que la revolución con la bandera del profeta de Nazareth
debe estar ya en marcha. Pero a la vez mezclado con debilidad, misericordia y
conversión, para terminar en una utopía maravillosa que se llama Buena Noticia.
La autenticidad del mensaje irrumpe con fuerza y rompe todos los esquemas,
seguir no es fácil pero en la lucha no se afloja. Y esto es para todos, no sólo
para unos pocos, quien opta por la radicalidad del Reino, tiene que estar
dispuestos a dejar todo por él. Esto no es: unos dan consejos y otros los
cumplen, aquí o se es o estamos haciendo el canelo. El que sigue a Jesús no
tiene paz ni descanso, el mensaje es pura dinamita, no adormece conciencias,
acelera el corazón y las piernas para entregarse sin descanso a los que menos
tienen.
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