lunes, 26 de septiembre de 2011

Lc, 9,51-56. Martes 27

EVANGELIO:

Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén,

y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada;

pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén.

Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?»

Pero volviéndose, les reprendió;

y se fueron a otro pueblo.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

! Dios vino a los suyos y los suyos no lo recibieron!!!!

Ninguna alusión al abandono de los suyos. Ningún reproche por la cobarde traición. Ningún gesto de exigencia para reparar la injuria.
Jesús de Nazareth ni en los peores momentos tenía una palabra de condena, reproche o juicio, cosa que si hacemos nosotros continuamente. La actitud de Jesús de Nazareth siempre fue una verdadera “amnistía” en el sentido etimológico de esta palabra: olvido total de la ofensa recibida.
P´alante amigos, queda mucho que perdonar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario