lunes, 12 de septiembre de 2011

MARTES, 13 DE SEPTIEMBRE DE 2011. Lucas 7,11-17.

Evangelio
En seguida, Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud.
Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba.
Al verla, el Señor se conmovió y le dijo: "No llores".
Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús dijo: "Joven, yo te lo ordeno, levántate".
El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre.
Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: "Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo".
El rumor de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

No se me ocurre una forma mejor de comentar el evangelio de hoy que citar a san Juan cuando dice: " Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte. En esto hemos conocido lo que es amor en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos” (1 Jn 3, 14.16)

Vivimos día a día sabiendo que sólo el amor concreto da sentido a lo que hacemos, a nuestros encuentros cotidianos y a nuestra manera de entender las circunstancias que nos rodean.

¡FELIZ COMIENZO DE CURSO!

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