Jueves 11 de octubre. Lc 11,5-13

EVANGELIO

 

Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes,
porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle',
y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'.
Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente?
¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan".

 

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

 

Me vais a permitir que me declare un tanto escéptico es cuanto a la oración de petición que normalmente hacemos y que no es otra cosa que pasar factura a Dios, le damos una serie de cosas, aspectos o situaciones por la que pedir, pero casi nunca, por no decir nunca, nos involucramos en el cumplimiento de esa petición. Me explico...que no creo es eso de pedid y se os dará...creo más bien en que todos debemos poner la carne en el asador, coger el toro por los cuernos y darlo todo por cumplir aquello que queremos y que le pedimos a Dios. Un ejemplo: Por la paz en el mundo, para que todos los gobernantes luchen y trabajen por ella. Roguemos al Señor"...muy bonito, y además lo hacemos con voz y gesto místico y compungido y pensamos que hemos puesto una pica en Flandes. Pero que no se trata de eso, se trata de poner nosotros de nuestra parte para conseguir la paz en nuestro entorno. En todo caso pidamos que nos nos falte la fuerza, las ganas, la ilusión para seguir luchando por la paz, pero no nos desvinculemos y le pasemos la factura a Dios, que no creo que nos haga mucho caso.

Por eso, y con mucho respeto para todos, menos pedir y más arrimar el hombro...menos hablar y más actuar...lo demás será demagogia barata que no tiene nada que ver con el el Evangelio.