viernes, 20 de febrero de 2009

EVANGELIO Sábado 21 de febrero.Marcos 9, 2-13

EVANGELIO:
En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: -«Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: -«Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.» De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: -«No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.» Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos». Le preguntaron: -« ¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Ellas? » Les contestó él: -«Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Ellas ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Jesús hoy se transfigura delante de Pedro, Santiago y Juan…dejando a un lado definiciones técnicas y apretadas de los teólogos, si tuviéramos que definir lo que es transfigurarse lo podríamos hacer así: Transfigurarse es renovarse interiormente según los parámetros evangélicos o morir… Transfigurarse es apostar por la vida para todos y no para unos privilegiados del “primer mundo”… Transfigurarse es aceptar mis errores y verlos como una posibilidad de profundo cambio… Transfigurarse es entender de una vez por todas que sesenta segundos sin amar son un minuto de felicidad que se nos escapa para siempre… Transfigurarse es dejar de pensar en mi, me conmigo, y abrir mi corazón de par en par a las necesidades de mis hermanos, los hombres… Transfigurarse es acoger cada mañana el abrazo de nuestro Padre Dios que nos susurra al oído: “Ánimo hijo, hoy puede ser un gran día, yo estoy contigo”… Transfigurarse es ser libres bajo la gracia de nuestra Madre Dios, y no esclavos de normas, preceptos y obligaciones de nuestra santa madre iglesia… Transfigurarse es reír con el que ríe, llorar con el que llora, bailar con el que baila y beber con el que bebe, en definitiva, es estar disponible antes quien me pueda necesitar… Transfigurarse es… Transfigurarse es… Podemos terminar preguntándonos delante de cuántos Pedros, Santiagos y Juanes, ¿Tengo yo que transfigurarme?...

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