jueves, 5 de febrero de 2009

Sábado,7 de febrero, Mc 6, 30-34

Sábado, 7 de febrero. Marcos 6, 30-34

EVANGELIO

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: -«Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco. » Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y sintió compasión de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:



"Jesús sintió compasión de ellos". la compasión es la actitud que más se repite en la vida de Jesús.

Él lleva a sus discípulos a un lugar apartado para estar con ellos, para que estén con él, para orar al Padre, pero la gente lo reclama. Y Jesús, lejos de seguir cómodamente "refugiado" en la soledad o la compañía de los suyos, se va con la gente, se compadece de ellos, se hace uno con ellos y los sana, los salva.

¡Cuántas veces hemos experimentado algo parecido en nuestra propia vida! Por una parte, el deseo, la necesidad de "apartarnos", por otra, la urgencia de salir al encuentro de los demás. Ambas posturas son necesarias, pero, si se nos pide elegir, la opción tiene que se clara: Hacer lo que Jesús hizo. Se trata de "dejar a Dios por Dios". Dios presente la persona que me necesita, que sufre, que está cerca o lejos de mí.

Compadecer significa "padecer con". ¡Tenemos tantas oportunidades de abandonar nuestro mundo insolidario y egoísta y salir al encuentro del otro! Y no sólo salir a su encuentro, si no caminar con él, hacer nuestras sus dificultades, sus agobios, su sufrimiento. Esto significa "compadecerse", sentir compasión. Jesús nos lo ha dejado claro con su Palabra y con su vida.


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