jueves, 5 de febrero de 2009

Viernes, 6 de febrero de 2009, Marcos 6, 14-29

EVANGELIO

En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: -«Juan Bautista ha resucitado, y por eso los poderes actúan en él. » Otros decían: -«Es Elías.» Otros: -«Es un profeta como los antiguos.» Herodes, al oírlo, decia: -«Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.» Es que Herodes habla mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se habla casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: -«Pídeme lo que quieras, que te lo doy.» Y le juró: -«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.» Ella salió a preguntarle a su madre: -«¿Qué le pido?» La madre le contestó: -«La cabeza de Juan, el Bautista.» Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: -«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.» El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:


Muchos de nosotros hemos experimentado alguna vez, lo fácil que hubiera sido aliarnos con “el poder” ¡Cuántos dolores de cabeza nos hubiéramos evitado si nos hubiéramos mostrado más dóciles, menos contestatarios, menos “radicales”.
¡Cuántos privilegios nos hubiera aportado callarnos a tiempo, no ser fieles a lo que pensábamos o pensamos, ni a nuestra historia, ni-si me apuráis- al mismos Jesús, en nombre de la prudencia, de la obediencia o del sentido común.
Sin embargo…¡qué tristeza ser uno de tantos!, movernos como borregos en el redil de las estructuras, de la institución creada por hombres en nombre de Dios.
Siempre he pensado que, ante nosotros, en la vida se presentan dos opciones, como se le presentaron a Juan-lo vemos en el Evangelio de hoy- o como se le presentaron al mismo Jesús: ser fieles a nuestra conciencia y denunciar la injusticia, o, por el contrario, cargar con la culpa de una conciencia cómoda y acomodaticia .
¿Qué opción has elegido o eliges en este momento de tu vida?. Piénsalo bien. El precio que se paga por elegir una u otra es alto y absolutamente opuesto. Alíate con los poderosos, con los “biempensantes” y ascenderás en el escalafón del prestigio profesional social, espiritual... la segunda es muy clara: Vuelve a leer el Evangelio y la comprenderás. Juan la eligió y pagó el precio de su propia vida. “Yo soy el Camino…” Te suena, ¿verdad? Jesús ya nos mostró, nos muestra EL CAMINO: “Si a Mí me han perseguido, a vosotros también os perseguirán”
¿El precio? Lo sabes: La paz dentro de ti, porque tienes la certeza de que no te has vendido, que eres fiel a lo que crees y sientes. Y esto suena un poquito a la Bienaventuranza que “Alguien” prometió un día, ¿o no?

1 comentario:

  1. El verdadero poder del mundo está siempre detrás de tronos. La verdad de la vida se juega en terreno de la fusca... por eso sólo lo barato se compra con dinero, la autenticidad es patrimonio de los que amam. Sobran desfiles y falta canela en rama... decía un cantante del atleti.p´alante en la misión de vivir el EVANGELIO.No es fácil...

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