domingo, 8 de noviembre de 2009

Lunes, 9 de noviembre de 2009. Juan 2, 13-22

EVANGELIO

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: -«Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.» Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.» Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: -«¿Qué signos nos muestras para obrar así?» Jesús contestó: -«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.» Los judíos replicaron: -«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?» Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo habla dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, SI NO PURA DINAMITA

A menudo me cuesta reconocer que hay algunas situaciones que son realmente escandalosas. Y sinceramente, leyendo el evangelio de hoy me doy cuenta de que Jesús no se anduvo con chiquitas. Su mensaje es claro: "no se puede servir a Dios y al dinero" , su Reino poco tiene que ver con el enriquecimiento propio o comunitario. A veces, se nos ha hecho comulgar con ruedas de molino, diciéndonos que lo que realmente importaba era la pobreza de espíritu, lo pobre que uno fuera de forma individual, que las casas, la comunidad, la iglesia, la estructura, necesitaba ser solvente y mantener sus obras y.... bueno, cosas por el estilo que yo no sé a quien dejaban tranquilo. Volviendo al evangelio de hoy y con él como argumento, esas razones se contradicen absolutamente con el espíritu de Jesús. Él nunca se pone de parte de los poderosos. Nunca. Denuncia con su palabra, con su vida y con sus actos todo lo que suponga mezclar el dinero, el poder...con "sus cosas". ¿Nos imaginamos las palabras de Jesús, las acciones de Jesús, en la actualidad? No hace falta ser muy inteligentes para adivinar cuáles serían. Preparamos, o preparan más bien, jornadas mundiales, visitas apostólicas, eventos eclesiales... y se reúnen con los fuertes y poderosos para "contribuir al éxito organizativo y logístico del evento", si no, que se lo digan a los presidentes de telefónica o del Santander en su reunión con cierto cardenal de la Iglesia para preparar la próxima jornada de la juventud. "Quitad esto de aquí, no convirtáis el templo de mi Padre, en una cueva de ladrones" Mirémonos, miremos la realidad que, por desgracia en muchos casos nos rodea, y hagamos todo lo que esté de nuestra parte para denunciar y vivir con coherencia nustra propia vida. Ójala no tuviéramos que escuchar estas palabras de boca de Jesús. Buena semana.

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