sábado.21 de noviembre. Lc 20,27-40

EVANGELIO:
Se acercaron algunos de los saduceos, los que sostienen que no hay resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si a uno se le muere un hermano casado y sin hijos, debe tomar a la mujer para dar descendencia a su hermano. Pues bien, eran siete hermanos. El primero tomó mujer y murió sin hijos; la tomó el segundo, luego el tercero; y murieron los siete, sin dejar hijos. Finalmente, también murió la mujer. Ésta, pues, ¿de cuál de ellos será mujer en la resurrección? Porque fue mujer de los siete.» Jesús les dijo: «Los hijos de este mundo toman mujer o marido; pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, ni pueden ya morir, porque son como ángeles, y son hijos de Dios por ser hijos de la resurrección. Y que los muertos resucitan lo ha indicado también Moisés en lo de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos viven.» Algunos de los escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien.» Pues ya no se atrevían a preguntarle nada.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
La conclusión es que tenemos un Dios de vivos, que para tener ganas de resucitar es necesario tener ganas de vivir, de nacer a una vida que queremos se prolongue para toda la eternidad, si es eterna; es que ya la tenemos, no hay otra vida, esta vida no tiene punto final, tú vida será lo que ames.Hoy salgo a la calle y la veo llena de agricultores, la fusca de la vida siempre ha tenido un lado agrícola, la fusca de la vida siempre ha creído que la verdad de la vida está en la calle, la fusca de la vida ha pensado cada día que el evangelio se predica en el ambón pero está realmente en el suelo que pisamos… por eso hoy, con los agricultores que pisan la calle, decimos que la justicia es la luz de la vida y la bandera de la eternidad, por eso mientras uno sólo salga a la calle a pedir justicia, ese día se hará realidad el Evangelio a quemarropa. Arriba los corazones, y arriba los agricultores