martes, 16 de noviembre de 2010

Lucas 19, 11-28.miércoles 17 de noviembre

Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén, y se pensaban que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro.Dijo, pues: «Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: "Negociad mientras vuelvo." Sus conciudadanos, que lo aborrecían, enviaron tras él una embajada para informar: "No queremos que él sea nuestro rey." Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: "Señor, tu onza ha producido diez." Él le contestó: "Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades." El segundo llegó y dijo: "Tu onza, señor, ha producido cinco." A ése le dijo también: "Pues toma tú el mando de cinco ciudades." El otro llegó y dijo: "Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo, porque eres hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras." Él le contestó: "Por tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Con que sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses." Entonces dijo a los presentes: "Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez." Le replicaron: "Señor, si ya tiene diez onzas." "Os digo: 'Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.' Y a esos enemigos míos, que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia."»Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.


EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

Curioso lo del tercer siervo...
El tercer siervo es condenado sólo por preocuparse de conservar el talento, sin arriesgar nada más, nos recuerda que seguir a Jesús es mucho más que conservar unas normas, ritos o moralidad pese a todo y pese a todos.
Sería una equivocación pensar que estamos respondiendo a las exigencias de Dios sólo porque os mantenemos íntegros en el cumplimiento de unas leyes.
Ese tercer siervo nos enseña:
- vivir es moverse, y moverse lleva riesgo. Quien no anda y busca es porque ya lo tiene todo. Son muertos vivientes, y así retrata al amo como duro; Dios es juez más que Padre.
- Justifica su actitud fundada más en el miedo que en la pereza. La confianza de su amo le produce miedo, mata su libertad y creatividad. Ni la Iglesia, ni sus comunidades, deben caer en ese error. No tenemos la responsabilidad de congelar el Evangelio para las generaciones futuras, sino hacerlo operativo sin miedo, sembrarlo, no adorarlo como pan sino comerlo.
- Enterrar nuestra fe, con el mero cumplimiento de obligaciones, ritos rutinarios o apelando a la intimidad es la condena de Jesús. Hay que vivir la fe, alimentarla, y contagiarla. Lo peor es no hacer nada.

No hay más riesgo que no arriesgar. P´alante amigos

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