martes, 2 de noviembre de 2010

Miércoles 3 de noviembre. Lc 14,25-33

EVANGELIO

Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:
"Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.
El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?
No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo:
'Este comenzó a edificar y no pudo terminar'.
¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?
Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz.
De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

A veces lo ideal no casa con lo real, y aunque parezca que el seguimiento de Jesús es un camino de rosas no lo es, hay qu mostrar radicalidad y compromiso absoluto. Él lo explica con palabras que muestran algo de dureza en sus explicaciones pero que sin dramatismos son más ciertas que otra cosa. El que decide seguirle sabe que lo más importante es eso, y que la felicidad o fracaso en ese camino vendrán del compromiso y coherencia en el seguimiento. Ni los que carnalmente más queremos nos pueden desviar de ese cometido, es así, con matices y detalles pero así.
Y por otro lado la acepatación de la cruz como compañera ineludible de camino, y no precisamente la cruz famosa que recorre el mundo y que inventó Juan Pablo II te quiere todo el mundo. Es la cruz de cada uno, la que sabemos y conocemos y nos acompaña, aunque a veces no lo queramos reconocer ni admitir. La de unos será más grande y pesada, la de otros más llevadera y pequeña, pero todos tenemos esas cruces que nos recuerdan que nadie ha dicho que esto fuera fácil...

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